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Los paquetes «todo incluido» suenan como el sueño de cualquier viajero: vuelos, hotel, comida, bebidas y hasta actividades, todo en un solo pago. Pero, ¿realmente son tan perfectos como parecen?
Vamos a hablar claro: estos paquetes tienen grandes ventajas, pero también algunos «peros» que conviene conocer antes de reservar. Aquí te cuento lo que he aprendido (a veces por las malas) para que tomes la mejor decisión.
Lo Bueno: ¿Por qué elegir un todo incluido?
1. Adiós a las cuentas y los dolores de cabeza
¿Lo mejor de un todo incluido? No andar sacando la cartera cada dos minutos. Desayuno, almuerzo, cena, tragos en la piscina… todo está cubierto. Ideal si viajas con adolescentes que parecen tener un estómago sin fondo o si simplemente quieres evitar sorpresas en la factura final.
2. Comida sin límites (y sin remordimientos)
Buffets interminables, snacks a toda hora y hasta opciones que normalmente no probarías. ¿Quieres comer pizza a las 3 AM? En muchos resorts, puedes. Eso sí, cuidado con los kilos de más…
3. Actividades para no aburrirte ni un segundo
Desde snorkel y clases de baile hasta espectáculos nocturnos, muchos resorts incluyen entretenimiento sin costo extra. Si vas a un parque temático como Disney, incluso el transporte entre atracciones suele estar incluido. ¡Perfecto para familias!
4. Ideal para viajeros que odian planificar
Si lo tuyo no es andar buscando hoteles, comparando precios de excursiones o decidiendo dónde comer, un todo incluido es tu mejor aliado. Llegas, te instalas y el único dilema es si prefieres la hamaca o la piscina.
Lo Malo: Las trampas que nadie te advierte
1. El «paraíso» puede estar en el medio de la nada
A nosotros nos pasó: reservamos un resort en Cancún que en las fotos era un edén tropical, pero en realidad estaba en una isla apartada. ¿El problema? Para salir a explorar, teníamos que pagar un ferry carísimo cada vez. Si te gusta conocer el destino, fíjate bien en la ubicación real del hotel.
2. Las propinas… ese tema incómodo
En algunos lugares dicen que «no es necesario» dar propinas, pero la realidad es diferente. En nuestro caso, los empleados esperaban propina y, si no la dábamos, el servicio era… bueno, digamos que no tan amable. Otros resorts sí las prohíben, así que mejor pregunta antes de ir.
3. Las temidas «reuniones» de tiempos compartidos
Cuidado con los resorts que ofrecen precios bajos: a veces te obligan a asistir a una presentación de ventas de tiempos compartidos (esas que duran horas y te hacen sentir culpable si no compras). Si no quieres perder medio día en eso, lee bien las condiciones.
4. Te puedes sentir en una burbuja
Si te encanta mezclarte con la cultura local, un todo incluido puede ser demasiado artificial. Muchos resorts son como pequeños países extranjeros donde todo es predecible: misma comida, misma música, mismos turistas… y cero autenticidad.
Consejos para que no te lleves un chasco
Investiga como si fuera un examen: Lee reseñas recientes en Tripadvisor, busca videos del resort en YouTube y pregunta en grupos de viajeros.
Averigua qué incluye REALMENTE: ¿Bebidas alcohólicas premium? ¿Excursiones? ¿Propinas? Los detalles importan.
Elige bien la ubicación: Si quieres salir a explorar, mejor un resort céntrico que uno aislado.
Prepárate para lo inesperado: Lleva algo de efectivo por si las propinas son bienvenidas (aunque no lo digan).
¿Vale la pena? Depende de lo que busques
Si lo que quieres es desconectar, no pensar en gastos y tener todo servido, un todo incluido es una gran opción (especialmente con niños). Pero si eres de los que prefieren aventura, libertad y conocer lugares auténticos, quizá no sea lo ideal.
Al final, el secreto está en elegir bien el resort y saber exactamente qué esperar. Porque, como en todo, lo barato puede salir caro… y lo «incluido», a veces no lo está tanto.
¿Tú has probado un todo incluido? ¿Recomiendas algún resort? ¡Cuéntanos tu experiencia!